Un equipo de investigadores dirigidos por Jayant Pinto de la Universidad de Chicago acaba de publicar un estudio en la revista Plos One en el que se sugiere que la pérdida del sentido del olfato en la edad adulta puede ser un persagio de que la muerte está próxima.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores exploraron a 3.005 personas en el período comprendido entre 2005 y 2006, hombres y mujeres de entre 57 y 85 años de edad, para evaluar su capacidad para identificar cinco olores comunes pero distintos entre sí: menta, pescado, naranja, rosa y cuero.
Entre 2010 y 2011, los investigadores repitieron las pruebas. 430 de los 3.005 sujetos habían fallecido. La comparación de los resultados de ambas pruebas reveló que el 39% de los participantes que no habían pasado la primera prueba de olores habían muerto antes del segundo experimento. Una cifra a la que aplicaron, también, las variables demográficas como edad, sexo, nivel socioeconómico, la salud en general y el origen étnico. Después de tomar en cuenta todas esas variables, una incapacidad para identificar los olores comunes indicó que los adultos tenían casi dos veces y media más probabilidades de morir dentro de los siguientes cinco años.
Aún así, los investigadores no están diciendo que la gente vaya a morir cuando su nariz falla. Según Jayant M. Pinto, líder del estudio:
Creemos que la pérdida del sentido del olfato es como un canario en una mina de carbón. No causa directamente la muerte, pero es un presagio, un sistema de alerta temprana, de que algo está muy mal y que el daño ya está hecho. Nuestros hallazgos podrían proporcionar una prueba clínica útil, una forma rápida y barata de identificar a los pacientes con mayor riesgo.
Mal olfato
Todavía no se sabe con precisión qué conecta el mal olfato con la muerte, pero lo cierto es que nuestra capacidad para distinguir olores afecta a actividades como la alimentación, los riesgos medioambientales y las relaciones sociales.
Por otro lado, una disminución en la capacidad de detectar diferentes olores a menudo precede a enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer, una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos.
Aunque el olfato de los perros nos deja como deficientes nasales, nuestro olfato es el sentido más fino de los que tenemos. Es 10.000 veces más intenso que el sentido del gusto. De hecho, hasta un 90 % de lo que percibimos como un sabor es en realidad un olor. Se dice que el ser humano es capaz de identificar miles de olores, y con práctica más de 10.000.
La disminución de la capacidad olfativa se conoce médicamente como hiposmia, y su pérdida total se llama anosmia. La causa más frecuente de anosmia es un golpe en la cabeza. Suele ser persistente, pero cuando se recupera puede pasar de anosmia a parosmia (o disosmia).
En general, las mujeres tienen un sentido del olfato más fino que los hombres, y cerca del momento de la ovulación, se agudiza aún más. Según las investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Vanderbilt, la gente puede detectar el olor de sus parientes de una forma sorprendentemente precisa.
Vía | Pacific Standard
Imagen | bradleygee
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