Un equipo de la Universidad de Otago en Dunedin, Nueva Zelanda, analizó la prevalencia de ambos hábitos en más de 1.000 niños neozelandeses cuando tenían 5, 7, 9 y 11 años de edad, hallando una correlación entre chuparse los dedos y morderse las uñas durante la infancia y tener buena salud: luego los sometieron a distintos test de alergias al cumplir los 13 y los 32 años.
Es la llamada "hipótesis de la higiene", que sostiene que la exposición temprana a ciertos gérmenes ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
Tal y como explican en la revista Pediatrics Malcolm Sears, de la McMaster University y el profesor Bob Hancox, los directores de la investigación:
Nuestros hallazgos son consistentes con la teoría de higiene, según la cual la exposición temprana a la suciedad y los gérmenes reduce el riesgo de desarrollo de alergias.
Chuparse los dedos y morderse las uñas, no parece proteger de la rinitis alérgica y el asma, y tampoco se está haciendo una defensa de que deba hacerse tal cosa: por ejemplo, un hábito prolongado puede propiciar una deformación en el paladar, trastornos al deglutir y callosidades en el dedo.
Vía | BBC