En lo tocante a la COVID-19, las personas con diabetes e hipertensión, entre otros factores, tienen un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave.
Sin embargo, la obesidad también es un factor de riesgo menos comentado, a pesar de que afecta a más gente.
Problema creciente
Concretamente, los adultos con Coronavirus SARS-CoV-2 que son obesos tienen un 113% más de riesgo de ser hospitalizados, un 74% de mayor riesgo de ingresar en la unidad de cuidados intensivos, y un 48% más de riesgo de morir de la enfermedad que los adultos con peso normal o con sobrepeso.
Es lo que sugiere una revisión sistemática y un metanálisis, publicados en Obesity Reviews, que incluye 75 estudios internacionales que examinaron la asociación del exceso de peso en todo el espectro de COVID-19, desde la infección hasta la muerte.
Los tamaños del efecto que encontraron sorprendieron incluso al experto en nutrición Barry Popkin, de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) en Chapel Hill, y uno de los autores del estudio.
Esto parece ocurrir porque el sistema inmunológico de las personas obesas está deteriorado, además de que hay muchas disfunciones metabólicas que acompañan a la obesidad y los tejidos adiposos se inflaman con bastante facilidad.
También sabemos que la adiposidad visceral tiene un efecto sobre el deterioro de los pulmones, y dado que los pulmones están tan afectados por la COVID, esto se ha convertido en otro factor importante a tener en cuenta.
Cuidar a las personas obesas en el hospital (moverlas, etc.) también entraña más dificultades, y las vacunas también podrían ser menos eficaces con ellas (con la vacuna de la gripe ya es algo que ocurre).
En todo el mundo tenemos 2 000 millones de personas con sobrepeso y obesidad, y pronto llegarán a 2,5 000 millones. La obesidad es uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos desde el punto de vista de la salud. Ni un solo país en el mundo tiene menos del 20% de personas con sobrepeso u obesidad. Muchas de las naciones más pobres se enfrentan ahora a niveles de sobrepeso y obesidad del 30%, 40%, 50% o más.
La pandemia, además, parece estar aumentando los casos de obesidad, porque la gente se alimenta peor y hace menos actividad física, seguramente también debido al aumento de la ansiedad dada la situación crítica actual.
Tampoco podemos avergonzar a las personas con obesidad, naturalmente. Tenemos que darnos cuenta de que hay muchas causas ambientales que necesitamos que nuestras administraciones eliminen o regulen. Sencillamente, hemos de abordar el problema tal y como se hace con la diabetes o la hipertensión, sin estigmatizar a los obesos, ni tampoco tildar de gordofóbica cualquier crítica a la obesidad.