Las células de nuestro no cuerpo no solo emiten sonido, sino que sabiendo interpretar estos sonidos podríamos incluso diagnosticar un cáncer de una forma más eficaz.
Investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles, ya habían estudiado células de la levadura de cerveza, descubriendo que sus paredes celulares vibraban a un ritmo de 1.000 pulsaciones por segundo. Estos movimientos, transformados en sonido, crean lo que los científicos han descrito como un sonido de alta frecuencia (el equivalente a dos octavas por encima de la nota media Do en un piano). Los responsables de estas vibraciones son los motores moleculares que transportan las proteínas por el interior de la célula.
Obtener sonidos de las células humanas es más difícil, porque las células animales poseen membranas cuya ondulación dificulta las vibraciones. Con todo, las células humanas “emiten un quejido” cuando reciben luz.
Esta propiedad la están aprovechando Richard Snook y Peter Gardner, biólogo de la Universidad de Manchester, para detectar un cáncer. Para llevar a cabo sus experimentos, bombardearon células de próstata humana con rayos infrarrojos, y los micrófonos percibieron miles de notas simultáneas generadas por las células. El análisis estadístico de estos sonidos podría ser muy significativo, tal y como señala Gardner:
La diferencia entre una célula sana y otra cancerígena es la que hay entre dos grandes orquestas interpretando a la vez, solo que en la orquesta cancerígena la tuba desafina horriblemente.
Ahora están intentando perfeccionar la técnica para conseguir reemplazar los actuales tests de detección prebiótica de cáncer de próstata, que son poco fiables.
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