Al analizar los datos del coronavirus durante 2020, un grupo de investigadores ha hallado que las sociedades más confiadas tendían a lograr una disminución más rápida de las infecciones y muertes por coronavirus.
Esto probablemente se deba a que los comportamientos vitales para detener la propagación del COVID-19, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, dependen de la confianza mutua para ser efectivos.
El estudio, realizado por Tim Lenton y Chris Boulton de la Universidad de Exeter, y Marten Scheffer de la Universidad de Wageningen, se publica en la revista Scientific Reports. Los investigadores midieron la resistencia de más de 150 países al COVID-19 como la tasa de deterioro a nivel nacional de casos diarios o muertes desde niveles máximos, utilizando información del conjunto de datos Our World in Data COVID-19 hasta el 1 de diciembre de 2020, antes de que las vacunas estuvieran disponibles:
Nuestros resultados se suman a la evidencia de que la confianza dentro de la sociedad beneficia la resiliencia a las epidemias. Generar confianza dentro de las comunidades debe ser un proyecto a largo plazo para todas las naciones porque esto les ayudará a hacer frente a futuras pandemias y otros desafíos como los eventos extremos causados por el cambio climático.
El estudio muestra que el efecto de las estrictas intervenciones gubernamentales en la propagación del coronavirus no es sencillo. La mayoría de los gobiernos aplicaron restricciones igualmente estrictas, pero tuvieron un éxito muy variable en reducir el número de casos y las muertes. Esto se debe en parte a que los gobiernos más estrictos tienden a asociarse con sociedades menos confiadas.
Todos los países donde más del 40 por ciento de los encuestados estuvieron de acuerdo en que "se puede confiar en la mayoría de las personas" lograron una reducción casi completa de nuevos casos y muertes. También lo hicieron algunas sociedades menos confiadas, lo que indica que la confianza en los demás es solo uno de varios factores en juego.