La presión arterial alta, o hipertensión, es la causa principal de causa de muerte en los ciudadanos de los países desarrollados. Para evitarlo, un buen consejo es reducir el consumo de sal.
Sin embargo, no todo el mundo responde por igual a la sal, así que, puestas en una balanza, al final es la reducción del azúcar la que porcentualmente evita más problemas asociados a la hipertensión.
Azúcar
Un informe del Instituto de Medicina de 2013 encontró evidencia insuficiente para apoyar la restricción del consumo de sodio por debajo de 2 300 miligramos por día para prevenir enfermedades cardiovasculares en la población general.
"La ingesta de sodio es solo uno, y para la mayoría de las personas no es necesariamente un factor importante en la hipertensión crónica", según Hillel Cohen, co-editor ejecutivo de American Journal of Hypertension y profesor de epidemiología clínica y salud de la población en el Albert Einstein College of Medicina.
Según Cohen, la mayoría de los ensayos clínicos muestran que eliminar 1 000 miligramos de sodio de una dieta, una cantidad relativamente grande, resulta en solo una pequeña caída en la presión arterial.
De hecho, el azúcar y la hipertensión probablemente están relacionados, en gran parte, por el exceso de calorías y el aumento de peso. Después de todo, el sobrepeso es un factor de riesgo para la presión arterial alta.
En tal caso, deberíamos tener más cuidado con los refrescos azucarados antes que con el salero.
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