En algunos países, como España, los paquetes de tabaco están adornados por etiquetas de advertencia muy gráficas que describen los peligros del consumo de tabaco, incluidas imágenes de gangrena del pie, un recién nacido con un tubo respiratorio y cáncer de garganta.
Las etiquetas de advertencia gráficas se utilizan en más de 120 países para contrarrestar el marketing que promueve el consumo de cigarrillos. Su eficacia, sin embargo, es cuestionable, como sugiere este nuevo estudio que probó estas etiquetas con población estadounidense.
La preocupación no es suficiente
El caso de Estados Unidos es una excepción. A pesar de ser el primer país que introdujo advertencias sanitarias en los paquetes de cigarrillos en 1965, pertenece ahora al pequeño grupo de naciones que jamás ratificó el Convenio Marco para el Control de Tabaco de la OMS y no obliga a las compañías de tabaco a incluir en forma prominente advertencias en los paquetes. En el mismo grupo están Sudán del Sur, Haití y Malawi.
Las etiquetas de advertencia gráficas fueron ordenadas por el Congreso de los Estados Unidos en 2009, pero la implementación se detuvo en espera del resultado de las impugnaciones legales a la ley por parte de la industria tabacalera.
El estudio citado, llevado a cabo por investigadores del Centro Oncológico Moores de UC San Diego, la Universidad Estatal de California en San Marcos, los Servicios de Salud Pública del Condado de San Diego y la Universidad Estatal de San Diego, confeccionó paquetes de cigarrillos especiales que incorporaron las etiquetas de advertencia gráficas utilizadas en los paquetes de cigarrillos en Australia (bajo licencia del gobierno australiano).
Los participantes del estudio fueron 357 fumadores que vivían en San Diego y aceptaron comprar su marca preferida de cigarrillos en un sitio web del estudio. Los participantes fueron asignados al azar para recibir sus cigarrillos en uno de los tres diseños de paquetes: en un paquete con una etiqueta de advertencia gráfica, con un paquete en blanco o en un paquete estándar disponible comercialmente en Estados Unidos.
Durante el estudio, los participantes fueron interrogados mediante mensajes de texto interactivos acerca de preocupaciones sobre los riesgos para la salud y sobre sus percepciones de los cigarrillos más recientes que fumaron. Los cambios en el consumo y el tabaquismo se evaluaron al final de la intervención de tres meses.
Los participantes que recibieron cigarrillos en el paquete estándar o en un paquete en blanco no tuvieron cambios en sus percepciones positivas de sus cigarrillos, mientras que los fumadores asignados al azar al brazo de la etiqueta de advertencia gráfica percibieron sus cigarrillos de manera menos favorable. Las preocupaciones sobre la salud aumentaron en los tres grupos, probablemente debido a la intervención que les hizo pensar en las consecuencias para la salud con más frecuencia.
Pero si bien estas etiquetas hacen que los fumadores sean más propensos a pensar en dejar de fumar, no los hizo más propensos a hacer un intento serio de dejar de fumar, ni fue suficiente para ayudarlos a dejar su adicción a la nicotina.
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