Los suplementos de bacterias "amigables" a menudo no mejoran nuestra microbiota intestinal y pueden ser dañinos tras la ingesta de antibióticos, de acuerdo con un nuevo estudio llevado a cabo por el inmunólogo Eran Elinav del Instituto Weizmann de Ciencia en Israel.
Probióticos
Los alimentos probióticos son alimentos con microorganismos vivos añadidos que permanecen activos en el intestino en cantidad suficiente como para alterar la microbiota intestinal del huésped, tanto por implantación como por colonización. Se han realizado ensayos clínicos en particular con cinco biotipos bacterianos, de los cuales cuatro son bacterias del grupo láctico (Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus paracasei, Lactobacillus plantarum y Bifidobacterium lactis) y una del grupo propiónico (Propionibacterium freudenreichii).
Sin embargo, las bondades de los probióticos están ahora en entredicho. En el estudio mencionado, los investigadores midieron qué sucede con el microbioma de las personas que toman probióticos con la esperanza de restaurar su microbioma después de los antibióticos.
Veintiún voluntarios tomaron un tratamiento idéntico con antibióticos y luego fueron asignados a tres grupos diferentes. El microbioma del primer grupo se permitió que se recuperara por sí mismo, mientras que el segundo grupo recibió probióticos. El tercer grupo fue tratado con una dosis de su propio microbioma pre-antibiótico original mediante un trasplante de microbiota fecal (FMT).
Las bacterias probióticas colonizaron fácilmente el intestino de todos los del segundo grupo después de que los antibióticos habían despejado el camino. Sin embargo, los investigadores se sorprendieron al descubrir que esto impedía el regreso del microbioma normal de la persona hasta seis meses. Los del tercero grupo, sin embargo, vieron restaurado más eficazmente su microbioma.
El mensaje final, pues, es que los probióticos no siempre cumplen con su reputación inofensiva, ,y para ser eficaces, su fórmula debe adaptarse a cada individuo.
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