El pasado miércoles, tuvo lugar un trasplante histórico en el Hospital Georges Pompidou de París (Francia): un corazón artificial fabricado a partir de tejidos biológicos. El órgano, cuyo creador es, el cirujano cardíaco Alain Carpentier, es fruto de 15 años de colaboración con el gigante aeroespacial EADS DS (anteriormente Astrium, la subsidiaria espacial de EADS), el Gobierno francés y un grupo de inversores.
La unión de los conocimientos de Carpentier y los de los ingenieros aeroespaciales han concebido un órgano artificial capaz de bombear 35 millones de veces al año durante un mínimo de cinco años sin interrupciones. Y es que este corazón está compuesto por 900 minúsculos componentes, y funciona como uno real, acelerando o reduciendo el ritmo cardíaco en función del nivel de esfuerzo de la persona que lo lleva implantado. El dispositivo tiene dos cámaras separadas por una membrana, con el tejido biológico en la cara que está en contacto con la sangre del paciente, y poliuretano en la cara opuesta.
La principal ventaja de este tipo de corazones es que reducen el riesgo de rechazo y funcionan de forma autónoma. Las autoridades sanitarias francesas ya han considerado que este corazón es lo suficientemente fiable, y autorizaron los primeros implantes en humanos en tres hospitales de París.
Vía | El Mundo
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