Una vida demasiado sedentaria se asocia con un adelgazamiento de una parte del cerebro importante para la memoria, según sugiere una investigación reciente publicada en Plos One.
Concretamente, los investigadores descubrieron que, en las personas de mediana edad y mayores, la estructura del cerebro que es clave para el aprendizaje (lóbulo temporal medial) y la memoria es más abundante en aquéllos que pasan la mayor parte del tiempo de pie y en movimiento.
La clave es el ejercicio
Cierta pérdida de volumen en esta región ocurre de forma natural a medida que envejecemos, y el resultado es una memoria episódica de menor calidad, del tipo que recuerda los eventos en el pasado.
Los hallazgos se basan en entrevistas y pruebas de 35 personas cognitivamente sanas con edades comprendidas entre los 45 y los 75 años. Investigadores del Instituto Semel de la UCLA y su Centro de Neurociencias Cognitivas consultaron a los voluntarios a propósito de sus patrones de actividad física y escanearon sus cerebros con técnicas de resonancia magnética. Posteriormente, midieron cómo los niveles de actividad física correspondían con el grosor en estas estructuras cerebrales críticas.
Los sujetos del estudio informaron de 15 horas de promedio de sedentarismo al día. Cada hora adicional de promedio se asoció con una disminución del 2 por ciento en el grosor del lóbulo temporal medial.
La investigación sugiere que, en comparación con una persona que permanece sentado durante 10 horas al día, alguien de la misma edad que normalmente se sienta durante 15 horas tendría un lóbulo temporal medial que un 10 por ciento más delgado.
El estudio no encontró ninguna correlación entre los hábitos de ejercicio de los sujetos y el grosor de su lóbulo temporal medial o sus estructuras constituyentes. En otras palabras, no importa que hagamos ejercicio muy intenso o no, lo que importa es que nos movamos un número suficiente de horas. Si hacemos mucho ejercicio poco tiempo al día, pero el resto del tiempo estamos sentados, los efectos continuarán siendo negativosp para esta región del cerebro.
Incluso para las personas que son físicamente activas, sentarse mucho parece ser malo para su cerebro.
Si bien el nuevo estudio no arroja luz sobre la razón que subyace a que largos períodos de sedentarimso pueden diluir las estructuras de la memoria del cerebro, lo cierto es que la correlación es fuerte y consecuente con otros estudios.
El cerebro, por supuesto, depende del suministro adecuado de oxígeno y nutrientes para mantenerse y resistir las depredaciones del envejecimiento. Si sentarse demasiado tiempo compromete esos suministros, es lógico pensar que nuestras delicadas estructuras corticales tendrán problemas para mantener el volumen y la densidad que tenían cuando éramos jóvenes.
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