Las vitaminas son buenas. Para nosotros son epítome de la salud. Por eso cada vez hay más gente que toma suplementos vitamínicos. Si no sufres deficiencia de vitaminas, no es buena idea. Pero si la sufres, tampoco es necesariamente buena idea.
Por ejemplo, en el caso de la vitamina D. Tomar demasiado tiene efectos muy adversos en la salud y superar el límite de dosis segura es relativamente fácil.
Vitamina D
Resulta engañoso intentar saber si estamos tomando una sobredosis de vitamina D si solo nos fijamos en los efectos aparentes en nuestro organismo. La vitamina D, a diferencia de muchas de las otras vitaminas, es soluble en grasa (liposoluble). Eso significa que si tomas demasiado de ella, no lo harás como si fuera una vitamina soluble en agua. La vitamina D se aferrará a la grasa corporal para su uso posterior, lo que puede agravar los efectos de una sobredosis diaria.
Solemos percibir los suplementos vitamínicos como inofensivos cuando solo estás tomando una o dos pastillas todas las mañanas. Pero no es así.
De hecho, dos cápsulas de vitamina D al día ya pueden sumar el límite diario. Si tomas cualquier dosis vitamina D con la comida (y casi seguro que lo estás haciendo), ya habrás superado la dosis segura. Y un nuevo estudio en el Journal of the American Medical Association sugiere que el 3,2 por ciento de todos los estadounidenses están haciendo justamente eso.
No hay evidencia sólida de que tomar multivitaminas o cualquier otro tipo de vitamina sea beneficioso para su salud a menos que tenga deficiencia de vitaminas. Eso también se aplica a las vitaminas prenatales, a excepción del ácido fólico. La vitamina D es una rara excepción, porque no es tan raro tener una deficiencia en ella. Los estudios no pueden llegar a un acuerdo sobre un número exacto, pero alrededor del 30-40 por ciento de los adultos estadounidenses no obtienen suficiente D de su dieta y luz solar. Solo unos pocos alimentos lo contienen. Y el problema con la luz solar (que no proporciona vitamina D, pero activa la producción) es que es perjudicial someterse demasiado tiempo a ella.
Aquí está el problema: aunque es difícil saber si tienes deficiencia de vitamina D, tomar demasiado podría ser mucho peor. Las dosis altas tienen el potencial de causar náuseas, vómitos, estreñimiento y debilidad. Un ensayo clínico doble ciego en realidad descubrió que los suplementos de vitamina D hacían que los pacientes de edad avanzada fueran más propensos a caerse y fracturarse un hueso, lo que contradice todo lo que se pensaba que podían hacer los suplementos. Y como demasiada vitamina D puede conducir a demasiado calcio, también puede terminar con cálculos renales y ritmos cardíacos anormales.
Una persona que sigue una dieta equilibrada probablemente no surgirá ninguna carencia de vitaminas, si acaso, según el Libro Blanco de la Nutrición en España, solo puede haber carencias de zinc y ácido fólico, y de vitamina D en mayores de cincuenta años. Es más económico comerse una pieza de fruta que comprar un frasco de píldoras.
No hay evidencia de que tomar suplementos de vitamina D pueda curar o prevenir la osteoporosis o fracturas óseas, mejorar la densidad ósea o prevenir infecciones. Pero ingerir demasiado es peligroso. Así que, salvo prescripción facultativa con un segumiento de análisis de sangre regulares, mejor olvidarse de los suplementos.
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