Los investigadores están descubriendo maneras de hacer alimentos bajos en calorías a nivel molecular sin desmerecer el sabor o la textura. ¿Imposible? Cada vez menos.
No es una investigación baladí: dos tercios de los estadounidenses tienen sobrepeso, y en un informe reciente, los científicos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) escribieron que en algunos países, incluyendo Estados Unidos y México, las tasas de obesidad se aproximan al cuarenta por ciento.
Chocolate con menos azúcar
Los investigadores están estudiando cómo percibimos la dulzura y la salinidad, y cómo podemos modificar la composición o la estructura de los alimentos para ofrecer la mejor dulzura con la menor cantidad de azúcar.
La mayoría de la gente ingiere hasta el 90 por ciento del azúcar de una comida antes de probarla. El desafío es alterar la estructura del azúcar para que se disuelva más rápidamente en agua o saliva y llegue a las papilas gustativas más rápidamente, de forma que no sea necesario añadir tanto azúcar, por ejemplo al chocolate.
Detrás de esta hallazgo está Nestlé. Con las patentes pendientes, la empresa no puede revelar su metodología, pero los primeros productos de bajo contenido de azúcar podrían comenzar a llegar en 2018.
En el Centro de Investigación Nestlé (NRC) de Lausana, Suiza, Reinhard Behringer es quien dirige esta investigación. Según ha declarado:
Nuestro enfoque está muy inspirado en la naturaleza. Estamos viendo cómo los alimentos que se encuentran en la naturaleza están estructurados y estamos tratando de replicar eso en nuestros productos y procesos.
Behringer añade que el mismo principio de maximizar la expresión de los ingredientes como un medio para reducir el uso general podría, en el futuro, aplicarse a la sal y la grasa, lo que abriría quizá una nueva generación de productos saludables sin renunciar al sabor pecaminoso.
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