Mediante el análisis de de sangre se podía clasificar a un niño como autista con una precisión del 97,6% o como neurotípico (normal) con una probabilidad del 96,1%.
Eso es lo que sugiere un nuevo estudio publicado en PLOS Computational Biology.
Test sanguíneo
El autismo y otros trastornos de su espectro, conocidos como TEA, solo se pueden diagnosticar si el niño manifiesta de forma evidente los síntomas de comportamiento asociados al autismo. Sin embargo, los niños afectados de TEA presentan diferencias en ciertos procesos metabólicos frente a los niños neurotípicos o "normales", como en el metabolismo del carbono uno mediado por el folato (FOCM) o en la transulfuración.
Ello se puede detectar en la sangre, según investigadores del Instituto Politécnico Rensselaer en Troy, en Estados Unidos. Juergen Han, director de la investigación, señala:
El método diagnóstico presentado en nuestro trabajo es el único capaz de clasificar a un individuo en función de que presente un TEA o un patrón neurotípico. No conocemos ningún otro método capaz de hacerlo utilizando cualquiera de los biomarcadores empleados en nuestro análisis y sobre todo con el grado de precisión que hemos logrado alcanzar.
Imagen | Lance Neilson
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