Si bien la astrología no tiene ninguna evidencia científica, como ya explicamos en El efecto Marte, el día de nuestro nacimiento puede inclinar el fiel de la balanza hacia uno u otro lugar en cuestiones como la tendencia a sufrir enfermedades.
Al menos es lo que sucede con la enfermedad celíaca, una enfermedad autoinmune producida por una intolerancia permanente al gluten, conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC) y productos derivados de estos cereales.
¿Por qué influye el mes?
Esta correlación entre el mes de nacimiento y la tendencia ser celíaco ha sido estudiada por un equipo de investigadores de la Universidad de Umea (Suecia). Y no solo el mes, también la zona en la que se nace parece estar vinculada: los niños nacidos en el sur de Suecia, donde existe una intensa luz del sol en primavera y verano, experimentaron el mayor riesgo de enfermedad celíaca; el riesgo más bajo fue al norte del país donde la primavera es más fría, y el verano más corto.
El estudio, que ha sido publicado recientemente en la revista Archives of Disease in Childhood, examinó los datos de casi 2 millones de niños nacidos entre 1991 y 2009 con un seguimiento hasta los 15 años de edad. De todos ellos, 6.569 fueron diagnosticados con la enfermedad celíaca, concluyéndose que los niños nacidos en primavera (entre marzo y mayo), en verano (junio, julio y agosto) y otoño (septiembre-noviembre) tenían un 10% más de probabilidades de ser celíacos que los niños nacidos en invierno (de diciembre a febrero).
No se conoce por qué tiene lugar esta correlación. Se especula que, tal vez, la variación estacional del riesgo de desarrollar esta enfermedad inmune es la deficiencia de vitamina D debido a diferencias en la luz del sol y la exposición a los rayos ultravioleta. Con todo, la investigadora principal del estudio, Pornthep Tanpowpong sugiere que:
Si un niño nace en primavera o verano, tal vez no sea apropiado introducir el gluten en el mismo tiempo que otro que nazca en otoño o invierno. Aunque necesitamos más investigaciones y pruebas para demostrar nuestra hipótesis, creemos que ofrece una pista útil de los esfuerzos en marcha para evitar la enfermedad celíaca.