Las personas de mediana edad que recurren regularmente a la televisión para entretenerse parecen tener un mayor riesgo de deterioro en su razonamiento y memoria durante su envejecimiento.
Estos tres nuevos estudios incluso sugieren que una cantidad moderada televisión se asociaba con un peor rendimiento en las pruebas cognitivas a medida que las personas envejecen. Los televidentes habituales también experimentaron una mayor atrofia cerebral.
La caja tonta
El estudio desconoce si estamos ante una correlación o si hay un vínculo causal: tal vez el declive cerebral se debe al tiempo que sedentarismo de las personas cuando están viendo la televisión.
Los tres estudios se presentaron virtualmente el jueves en la Conferencia de Epidemiología, Prevención, Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica de la American Heart Association. Los hallazgos presentados en reuniones médicas se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por pares.
Uno de los estudios involucró a casi 6.500 participantes que tendían a ver aproximadamente la misma cantidad de televisión durante un período de aproximadamente seis años desde mediados de la década de 1980 hasta mediados de la década de 1990.
Las personas se dividieron en tres grupos: los que nunca o rara vez veían televisión, los que a veces veían y los que veían a menudo o muy a menudo, y se sometieron a una serie de pruebas de rendimiento cerebral a medida que crecían para rastrear los cambios en sus habilidades.
Un segundo estudio se centró en unas 970 personas con hábitos de visualización de televisión relativamente estables que se sometieron a exploraciones cerebrales adicionales para rastrear los cambios en su estructura cerebral.
Este equipo de investigación descubrió que las personas que veían televisión a veces o con frecuencia tenían volúmenes más bajos de materia gris profunda más de una década después en la vida, lo que indica una mayor atrofia o deterioro cerebral.
El tercer estudio también se centró en la materia gris del cerebro, pero utilizó un conjunto diferente de datos extraídos del estudio a largo plazo sobre el desarrollo del riesgo de arteria coronaria en adultos jóvenes. A unas 600 personas se les preguntó la cantidad promedio de horas que pasaban frente al tubo diariamente durante las visitas de seguimiento que ocurrieron cada cinco años durante dos décadas.
En todos los estudios, la actividad física y los hábitos de ejercicio de las personas no afectaron la asociación entre las horas que pasaron viendo televisión y su disminución en la función cerebral y el volumen de materia gris.
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