A menudo nos pasamos de alarmistas cuando aparece una nueva tecnología. Ahora le ha tocado a las pantallas (de móvil, de tablet, básicamente), a la que le adjudicamos toda clase de aspectos negativos: que si la luz azul, que si nos hipnotiza, que si pasamos demasiado tiempo mirándolas, etc. Son cuestiones que, una a una, deberán irse investigando poco a poco, pero que, irónicamente, no difieren mucho de las críticas que se vertían hacia la televisión e, incluso más atrás, hacia los libros. Sí, hubo un tiempo que los libros se criticaron de la misma forma que ahora se critica internet.
Debemos estar alerta, sin ser agoreros, pues, porque además las pantallas están cambiando a gran velocidad. En breve quizá ni serán pantallas en el sentido clásico. En solo 70 años, de hecho, así han cambiado las pantallas.
70 años
1959: se estrenó Ben-Hur, la película más cara de Hollywood con la campaña también más costosa de la historia. Se convirtió en la película más taquillera, justo después de Lo que el viento se llevó. En esta época, la industria cinematográfica era la tercera en Estados Unidos, después de las tiendas de comestibles y los coches.
1965: más de el 90 por ciento de los hogares ya tiene televisión. La gente se pasa más de cinco horas delante de ella. Acude menos al cine. El número de estradas compradas por un adulto cayó de unas 25 al año en 1950 a 4 en 2015.
Principios del siglo XXI: La gente empieza a suscribirse a la televisión, paga por contenidos personalizados. Time Warner y Disney empiezan a ganar más dinero de los canales por cable que de sus divisiones cinematográficas.
2012: por primera vez, los estadounidenses pasan más tiempo interactuando con dispositivos digitales como ordenadores portátiles y teléfonos móviles que con la televisión. La atención del mundo se desplaza de un contenido infrecuente, grande y transmitido por contenidos frecuentes, breves y en red.
2015: El analista de tecnología Mary Meecker señala que una cuarta parte de la atención hacia los medios en los Estados Unidos está ahora dedicada a los dispositivos móviles, que no existían diez años antes.
Dentro de pocos años es probable que haya un nueva desplazamiento de atención y de pantallas. Por el momento, tal y como explica Derek Thompson en su libro Creadores de Hits:
En 2013, el mundo produjo casi 372 kilómetros cuadrados de pantallas de LCD, o aproximadamente un poco más de quinientos centímetros cuadrados por cada ser humano (...) La televisión liberó una vez a las "imágenes en movimiento" de las garras de las salas de cine; como secuela histórica, la tecnología móvil ahora está emancipando al vídeo del salón de casa.
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