Carl Dietrich, un estudiante de doctorado en aeronáutica y astronáutica del MIT (Massachusetts Institute of Technology) emprendió su compañía llamada Terrafugia para continuar el desarrollo y la comercialización de su automóvil volador. “Intentamos enfocar el proyecto desde el punto de vista de un piloto, alguien que piensa: lo bueno sería tener mi avión en mi garaje en casa en vez de pagar entre 300 y 400 euros por el hangar”, explica Dietrich. Este automóvil volador está diseñado para saltos de 100 a 500 millas. El vehículo tendrá dos plazas y espacio para equipaje. Estará equipado con una calculadora eléctrica (para ayudar a ajustar la distribución del peso), airbag, topes aerodinámicos y por supuesto una unidad de navegación con GPS.
La idea del desarrollo del automóvil se remonta a cuando era un estudiante del Departamento de Aeronáutica y Astronáutica. A principios de este año Dietrich fue ganador del premio Lemelson-MIT que le hizo acreedor de 30000 dólares. También mantiene una patente para el motor de alto rendimiento que usa el automóvil. Dietrich llevó a cabo su investigación del motor como estudiante en el MIT.
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