En marzo, una base de datos china que contenía cientos de millones de registros de chat privados en seis aplicaciones de mensajería chinas, incluidas WeChat y QQ, ambas operadas por Tencent, se filtró y cualquier persona que buscara la dirección IP de la base de datos podía acceder a ella. Es uno de tantos riesgos a los que están sometidos los ciudadanos chinos.
Por esa razón, se están reforzando las medidas de seguridad y de privacidad, pero también de control. Hasta el punto de que obtener un nuevo número de teléfono móvil, en China, implicará una prueba de reconocimiento facial.
Reconocimiento facial
China está tomando todas las medidas posibles para verificar las identidades de sus más de 850 millones de usuarios de Internet móvil. A partir del 1 de diciembre, los proveedores de telecomunicaciones deberán escanear los rostros de los solicitantes de nuevos servicios móviles y de datos.
Además de la prueba de reconocimiento facial, a los usuarios de teléfonos también se les prohíbe pasar sus números de teléfono móvil a otros, y se les recomienda verificar si los números están registrados bajo su nombre sin su consentimiento.
La mayoría de los países requieren algún tipo de identificación para suscribirse a contratos de telefonía móvil, en comparación con los servicios prepagos, pero el requisito de reconocimiento facial parece inédito, hasta ahora. En China, es solo el último ejemplo del abrazo de la tecnología por parte de un gobierno que la está utilizando para todo.
El nuevo decreto es una actualización del sistema de registro de nombres reales de China para usuarios de teléfonos móviles lanzado en 2013, que requiere que las personas verifiquen sus identificaciones nacionales y que los operadores tomen fotos para obtener un nuevo número.
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