Aunque es algo que no ocurre frecuentemente, suele darse algún caso que otro. Cuando se utilizan en una operación quirúrgica una gran cantidad gasas para empapar la sangre o para taponar, hay que llevar un exhaustivo control de ellas, pues al tomar el color de la sangre o descontarse al retirarlas, puede quedarse alguna en el interior del paciente.
Para evitar esta situación hay una serie de medidas como hemos mencionado, contar la cantidad de gasas empleadas antes y después de una operación. Para una mayor seguridad y evitar este tipo de situaciones, investigadores norteamericanos han ideado un sistema innovador, se trata de etiquetar las gasas con un novedoso chip para poder detectar dónde se encuentra el material quirúrgico empleado y si se halla todavía en el interior del paciente antes de proceder a cerrar.
Se elaboraron una serie de pruebas para determinar la eficacia del nuevo sistema, para ello, se pidió la colaboración de 8 pacientes que debían ser sometidos a cirugía pélvica o abdominal. Se utilizaron en dichas operaciones gasas normales (8 en total) y gasas con el chip un total de 28). Tras pedir al cirujano que no mirase, antes de cerrar la herida uno de los especialistas procedió a introducir un par de gasas que incorporaban el chip.
La búsqueda a través de un lector exterior de radiofrecuencia fue todo un éxito, en todos los casos, se hallaron las gasas que se encontraban en el interior del paciente a una gran velocidad.
Como decíamos al principio, no es frecuente que en una operación los especialistas dejen una gasa olvidada en el interior de un paciente, una de cada 10.000 operaciones corre ese riesgo. Gracias al nuevo sistema se podrá evitar ese pequeño tanto por ciento de descuidos que pueden llegar a ocasionar severos problemas al paciente, como una infección, una obstrucción intestinal o incluso la muerte.
Vía | El Mundo Salud Más información | Archives of Surgery