Conservándo el cerebro plastificado para que pueda implantarse en un robot

Conservándo el cerebro plastificado para que pueda implantarse en un robot
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Ken Hayworth, de la Universidad de Harvard, pretende realizar un “download” de todas las conexiones de un cerebro humano (lo cual para él implica a volcar la personalidad entera) a una máquina, es decir, volcar a un sistema informático 100.000 millones de neuronas y más de 100 billones de sinapsis. Al estilo Matrix. O como sucedía en Ciudad permutación, de Greg Egan, la mejor novela de ciencia ficción hard que he leído sobre estos temas.

Como paso previo, Hayworth propone conservar el cerebro gracias a la plastinación, el sistema de preservación de material biológico creado por el artista y médico científico Gunther von Hagens en 1977, que consiste en extraer los líquidos corporales como el agua y los lípidos por medio de solventes como acetona fría y tibia para luego sustituirlos por resinas elásticas de silicona y rígidas epóxicas. En un futuro, predice Hayworth, entonces la tecnología permitirá escanear el cerebro para recrearlo en un ordenador. La ciencia (o tecnología para leer las conexiones entre las neuronas) ha sido bautizada conectómica.

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En un nuevo artículo en la revista International Journal of Machine Consciousness, sostiene que “subir” la mente a un sistema informático es un “gran reto de ingeniería”, pero que se puede lograr sin “ciencia y tecnologías radicalmente nuevas”.

Vamos a tratar de mantener el cerebro, a cortarlo luego en rodajas muy finas, simularlo en una computadora, y usarlo en el cuerpo de los robots. Será un equipo perfecto basado en el cerebro humano.

Además, el propio Hayworth construyó hace años una máquina capaz de automatizar el corte histológico de tejido cerebral y su recolección en una cinta: el ATLUM (Automatic Tape-collecting Lathe Ultramicrotome). La máquina de Ken automatiza un trabajo que no es imposible pero sí muy largo. Hace años, un grupo de científicos cortó y mapeó a mano el cerebro de un gusano nemátodo de la especie C. Elegans, cuyo volumen es de apenas 0,01 mm3, y el proceso tomó años. Actualmente, el modelo ATLUM2 está trabajando en el cerebro de una rata: el cerebro de la rata es precortado mecánicamente en 400 trocitos. Cada uno de ellos se utiliza para alimentar el ATLUM2 que a su vez corta cada uno en 5000 láminas de 30nm de espesor, las cuales a su vez se cortan en “estampillas” de 1 × 5 mm de superficie. Cada una de éstas pasa luego por un proceso de tinción y adhesión a una cinta magnética, que a su vez pasa por el microscopio electrónico para su procesamiento e indexado.

Lo verdaderamente chocante es que es el propio Hayworth quien pretende sacrificarse para que su cerebro sea escaneado en un futuro. En un ensayo inédito, “Killed by Bad Philosophy” (“Asesinado por la mala filosofía”), escribió:

Nuestros nietos dirán que no hemos muerto a causa de enfermedades del corazón, cáncer o derrame cerebral, sino que hemos muerto patéticamente a causa de la ignorancia y la superstición”, lo cual implica la creencia de que hay algo fundamentalmente imposible de conocer acerca de la conciencia, y que por lo tanto nunca puede ser replicado en una computadora.

Vía | Axxon

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