En mayo de 2013, investigadores en nanotecnología de la Universidad de Princeton, Nueva Jersey, en colaboración con la Universidad John Hopkins, concibieron la primera oreja artificial impresa en 3D que podía recibir señales de radio.
Orejas
La oreja 3D se llevó a cabo con una impresora 3D normal y corriente y se empleó como materia prima un hidrogel, un material que se usa como armazón en la ingeniería de tejidos. La oreja puede recibir señales con un rango de frecuencia de hasta 5 Ghz.
El equipo, dirigido por el ingeniero Michael McAlpine, ha sido el primero en crear un órgano completamente funcional que reproduce e incluso amplía las capacidades de su homólogo humano.
Con todo, antes de esta oreja, Stelarc, un artista de la Curtin University de Perth (Australia) se implantó una oreja en el brazo en el año 2007.
La investigación y la búsqueda de fondo retrasaron el proyecto diez años, pero Stelarc finalmente halló tres cirujanos plásticos que hicieron una oreja a partir de sus propias células y un armazón biocompatible que se suele usar en operaciones de cirugía estética. Las células crecieron alrededor de dicho armazón hasta que se transformó en una parte viva de su cierpo con su propio riego sanguíneo. A psar de ello, naturalmente, Stelarc no puede oír nada a través de esta nueva oreja.