La primera biobrújula disponible comercialmente es la North Sense, un pequeño dispositivo que se implanta en el pecho de la persona y vibra cuando el usuario se orienta hacia el norte magnético.
North Sense
Concebida por el grupo de biohacking Cyborg Nest, North Sense está diseñada para prestar ayuda a la orientación sin la necesidad de leer una brújula convencional. Con North Sense, el portador directamente "siente" en rumbo en su cuerpo, como si se tratara de un sexto sentido.
De un modo similar a lo que le ocurre a animales, como las aves migratorias, que cuentan con el sentido de la magnetorrecepción para orientarse.
La North Sense se sujeta al cuerpo con un piercing metálico, un dispositivo subcutáneo fabricado de silicona y unido al pecho a través de barras de titanio, y salió a la venta el junio de 2016.
No en vano, uno de los fundadores de esta empresa es Neil Harbison, la persona que ostenta el récord de implantes de biohacking: en 2004, por ejemplo, se implantó una antena que le permite captar frecuencias de color en frecuencias de sonido (Harbison había nacido con una forma rara de ceguera que solo le permite captar el blanco y el negro).
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