Todavía estamos a años de la implantación masiva y plena del vehículo autónomo, pero las primeras áreas que se verán favorecidas por él será la del transporte.
Los niveles de automatización de un vehículo van del 0 al 5, y se diferencian por el grado de autonomía del vehículo.
5 niveles
0: Sin automatización. El conductor interviene todo el tiempo.
1: Conducción asistida. El vehículo está equipado con un sistema de asistencia al conductor en la aceleración y la frenada.
2: Automatización parcial. Uno o varios sistemas de asistencia de la dirección, la aceleración y el frenado, usando información del entorno para mejorar el rendimiento del conductor.
3: Automatización condicionada. El sistema es capaz de tomar el control del vehículo y responder a la mayoría de los eventos dinámicos en la conducción, esperando que el conductor humano responda adecuadamente cuando se le requiera. Se espera que los coches de este rango se produzcan en masa entre 2019 y 2020.
4: Alta automatización. El sistema interacciona con todos los posibles eventos dinámicos de la conducción, incluso si el conductor humano no es capaz de responder adecuadamente cuando se le requiera.
Por ejemplo, el NeuV usa un “motor emocional” que detecta y aprende las emociones que subyacen en los actos del conductor y, en función de éstas, toma decisiones o bien ofrece alternativas y recomendaciones al conductor. Este tipo de coches llegarán a Estados Unidos a partir del 2022.
5: Automatización completa. El conductor humano ya no es necesario en ningún caso. Se espera que este nivel de autonomía sea común a finales de la próxima década.
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