Actualmente, cuando recibimos una llamada al teléfono móvil, rápidamente podemos identificar quién nos está llamando a través de su teléfono móvil o, incluso, su fotografía, en el caso de que la tengamos en nuestra agenda.
Sin embargo, los hackers cada vez disponen de más herramientas para evitar que sepamos quién nos llaman, e incluso alterar los datos y la voz del que llama para confundirnos.
Ocultación de llamada
Sitios web como SpoofCard.com o SpoofTel.com, por ejemplo, permite configurar fácilmente el teléfono para que muestre un número distinto al original al efectuar una llamada. Tal y como lo explica Marc Goodman en su libro Los delitos del futuro:
¿Te interesa fingir que eres el presidente de Estados Unidos? Ningún problema. Basta con escribir: "202-456-1414" y "La Casa Blanca" en la aplicación y ¡listos!
También hay empresas de fraude telefónico que ofrecen paquetes destinados a confundir más al remitente, por ejemplo modificando tu voz o insertando ruido de fondo en una conversación para convencer a la otra persona de que estás en una oficina. En general, estos servicios se usan por mera diversión o para gastar bromas, como el momento en el que Paris Hilton usó SpoofCard para escuchar los mensajes de Lindsay Lohan.
Estafas
Con todo, los delincuentes están empezando a aprovecharse de ellas. Imaginemos una llamada falta a una empresa solicitando el cambio de una contraseña o la última clave Wi-Fi, o una llamada fingiendo la procedencia de una empresa dirigida a un usuario.
En el caso de la debacle épica de pirateo telefónico de News Corp, una pantalla con identificación de llamadas pirateada que permitió a los periodistas acceder al sistema de buzón de voz de Milly Dowler, entre otros, un ataque que bien podría sucederte a ti.
Los timos bancarios también son fáciles de llevar a cabo con estas sencillas herramientas, y algunos personales obtenidos a través de Facebook.
La delincuencia organizada ha conseguido incluso fingir llamar desde el gobierno federal de Estados Unidos y, con ello, han amasado millones de dólares. En lo que el Servicio de Impuestos Internos (IRS por sus siglas en inglés) describió como su estafa fiscal de mayor envergadura hasta la fecha, los estafadores fingieron llamar a los cidadanos desde el número telefónico de la Agencia Tributaria.
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