Uno de los mayores generadores tanto de tráfico como de contaminación en las grandes ciudades en la búsqueda de aparcamiento. Hasta un 30% del volumen del tráfico del centro de las grandes ciudades procede de esta búsqueda.
La movilidad del futuro, pues, no será tal hasta que no se implemente un aparcamiento automatizado y conectado. Es decir, un aparcamiento inteligente.
Los sensores del futuro
La semana pasada tuvimos la oportunidad de visitar la fábrica de sensores de Bosch, en Madrid, donde se está dando pasos agigantados hacia el aparcamiento inteligente: un aparcamiento que ya no consumirá combustible ni tiempo superfluo de los usuarios.
Bosch está desarrollando soluciones inteligentes basadas en la conectividad, capaces de simplificar la búsqueda de plazas libres, al emplear aplicaciones basadas en la “nube”. Bienvenidos al smart parking.
Las soluciones presentadas que me parecieron más sorprendentes son las siguientes.
Remote park assist y Home Zone park asssit
Presentado en el marcado en 2015, Remote park assist es un sistema en el que el conductor puede estacionar desde su teléfono móvil. Todo lo que hace falta es presionar un botón del smartphone para que el coche maniobre automáticamente en la plaza de estacionamiento previamente detectada y medida por los sensores de ultrasonidos. Tan pronto como se suelta el botón, el sistema de asistencia se detiene.
Reconoce automáticamente obstáculos eventuales
Una de las grandes ventajas de este sistema es que se puede llevar a cabo desde el exterior del vehículo. Por ejemplo, a la hora de estacionar en un sitio demasiado estrecho, que nos dificultará salir del coche.
Una alternativa a este sistema es el Home Zone park assist. Esta función está diseñada para maniobras recurrentes de aparcamiento, por ejemplo para estacionar en el parking privado. El conductor únicamente debe enseñarle al sistema la maniobra una sola vez en una simulación y luego guardarla. El sistema emplea doce sensores de ultrasonidos y una cámara de vídeo estéreo.
Conectividad total
Si estos sistemas ya parecen de ciencia ficción, el verdadero avance llega con el aparcamiento conectado, es decir, que busca e informa sobre plazas libres. Imaginemos un parking al que llegamos con nuestro coche, nos bajamos y, tras activar el estacionamiento automático a través de nuestro smartphone, el vehículo accede al parking y busca sitio por él mismo. Cuando hemos acabado nuestras gestiones, regresamos a la puerta del parking, llamamos al coche tipo “KITT, ven a buscarme”, y el coche aparece de nuevo frente a nosotros.
Este tipo de aparcamiento totalmente automatizado requerirá de una infraestructura de parking inteligente, sensores a bordo de los vehículos y conectividad. Todo esto empezará a ponerse en marcha antes del año 2020.
Un paso más adelante será el aparcamiento automatizado en la calle. Imaginemos sensores instalados en el pavimento, del tamaño de un CD, con baterías que duran 7 años, y bajo el paraguas del Internet de las Cosas. Un mapa en tiempo real nos ofrecerá qué lugares están libres para aparcar en las calles del centro de las ciudades. Todo más fácil. Todo más conectado. Todo más inteligente.
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