En Blackyard Brains, una pequeña empresa con sede en Michigan dedicada a la investigación de neurociencia, han instalado un receptor en la parte superior de un escorpión para que, a través de una corriente eléctrica, ataque con sus garras y el aguijón de la cola. El proceso implica colocar al escorpión en un estado comatoso, para lo que se usa agua helada durante quince minutos. Luego se inserta un cable de platino/iridio cerca de un nervio, y la corriente eléctrica aplicada está en el orden de los dos o tres voltios, por un intervalo de cien milisegundos.
Los experimentos se basan en trabajos anteriores realizados con cucarachas, que cristalizaron en RoboRoach, un proyecto de Kickstarter de junio de 2013 y que ahora es un controvertido, y bárbaro, kit puesto a la venta para el gran público. RoboRoach permite a los compradores implantar quirúrgicamente a una cucaracha en vivo tres conjuntos de electrodos para luego controlar su movimiento con una aplicación para teléfono inteligente.
Vía | NeoTeo
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