Si nos embarcamos en un viaje por alta mar quizá nos topemos, sobre la uniforme superficie de los mares y océanos, con promontorios que emergen a gran altura y parece casi oasis del desierto acuoso. Los hay naturales, como la Pirámide de Ball, el islote más alto de la Tierra, pero también artificiales, como la plataforma petrolífera Hibernia.
Hibernia, en mitad del Atlántico, es la plataforma petrolífera más pesada jamás construida en alta mar. Concretamente se encuentra frente a las costas de Terranova, en Canadá. Sus instalaciones de producción tienen una masa de 37.000 toneladas que se asientan sobre una basa de 600.000 toneladas.
Para anclar este monstruo en el fondo del mar, la base tiene unas 450.000 toneladas de balastro sólido. Esta construcción es tan poderosa que incluso está diseñada para soportar los impactos de los icebergs árticos. En sus entrañas habitan 280 trabajadores. Casi como un pequeño pueblo de metal.
Otras plataformas
Con todo, la sensación de aislamiento no se parece en nada a la de los trabajadores de la estación petrolífera más septentrional del mundo y que opera todo el año: las instalaciones de Varandéi, a 22 kilómetros de las costas de Varandéí, Rusia, que es propiedad de LUKOIL y se inauguró el 9 de junio de 2008.
Bullwinkle fue la plataforma que a más profundidad extrajo petróleo dentro de la familia de las plataformas convencionales fijas. En 2010 dejó de operar. La plataforma fue construida entre 1985 y 1988 por Gulf Marine Fabricators y tenía una altura de 529 metros.
La plataforma Magnolia es la TLP (tension leg platform) que a más profundidad opera actualmente, concretamente a 1.423 metros por debajo de la superficie del mar. Se instaló en el Golfo de México para explotar el campo de petróleo que se descubrió en 1997
Las plataformas petrolíferas puntean todo el planeta. Solo en el año 2013, el mayor productor de plataformas petrolíferas de alta mar, Keppel FELS, puso en funcionamiento 21 de ellas.
Se considera que las precursoras de las plataformas modernas fueron las fortalezas marinas Maunsell, unas torres fortificadas de pequeño tamaño que fueron construidas en los estuarios de los ríos Támesis y Mersey durante la Segunda Guerra Mundial. Podéis leer su estrambótica historia aquí.