¿Recordáis al protagonista de la serie de televisión Miénteme? En ella, el Dr. Cal Lightman (Tim Roth) se centra en las expresiones faciales, lenguaje corporal, la voz y las palabras para descubrir si alguien está mintiendo y por qué. Lightman puede detectar lo que se conoce como "microexpresiones" involuntarias, expresiones faciales que revelan lo que una persona está sintiendo realmente. Pero no todos tenemos esas habilidades.
Para eso un investigador de Cambridge, con la ayuda de un colega del MIT, ha desarrollado estas gafas com cámara incorporada: para que todos podamos ser Lightman. El resultado: un par de gafas que descifran lo que una persona siente y transmiten ese significado a la persona que las usa.
Un conjunto de marcos está integrado con una cámara del tamaño de un grano de arroz, que se conecta a un pequeño ordenador del tamaño de una baraja de cartas. La cámara hace un seguimiento de 24 puntos en la cara de la persona enfrente. Los tics faciales de la persona son transmitidos a un software que compara los datos con un conjunto bien definido de expresiones.
La información puede ser detallada en un monitor, o incluso comunicarse al oído del usuario a través de un auricular. Las gafas también tienen una señal visual bastante sencilla a modo de baliza informativa: una luz verde parpadeante significa que la persona está interesada, de acuerdo, o está pensativa. Una luz roja significa aburrimiento, disgusto, desacuerdo, etc.
La idea no es sólo ayudarnos a descifrar lo que tu pareja te está diciendo en realidad. El investigador de Cambridge que concibió las gafas estaba buscando una manera de ayudar a las personas con autismo (que tienen problemas para interpretar los estados emocionales de los demás) para permitirles interactuar socialmente.
Por cierto, el protagonista de Miénteme está basado en un personaje que existió realmente: Paul Ekman, un psicólogo que ha sido un pionero en el estudio de las emociones y sus relaciones con la expresión facial, se dedicó en la década de 1980 a aprender a controlar voluntariamente, delante de un espejo, cada uno de los casi 200 músculos de la cara. Para ello, incluso, se aplicaba ligeras descargas eléctricas para poder así localizar algunos músculos difíciles de detectar.
Sólo en el ámbito exclusivo de las sonrisas, Ekman identificó 18 tipos diferentes de sonrisa basados en distintas combinaciones de los 15 músculos faciales implicados. Daniel Goleman describe alguna de ellas en su libro Inteligencia social:
Entre ellas cabe señalar, por nombrar sólo unas pocas, la sonrisa postiza que parece pegada a un rostro infeliz y transmite una actitud del tipo sonríe y apechuga que parece el reflejo mismo de la resignación; la sonrisa cruel que exhibe la persona malvada que disfruta haciendo daño a los demás y la sonrisa distante característica de Charlie Chaplin, que moviliza un músculo que la mayoría de la gente no puede mover voluntariamente y parece, como dice Ekman, reírse de la risa.
Una de las más conocidas, sin embargo, es la sonrisa de Duchenne, llamada así en honor al médico investigador francés Guillaume Duchenne. Es un tipo de sonrisa que involucra la contracción de los músculos cigomático mayor y menor cerca de la boca, los cuales elevan la comisura de los labios, y el músculo orbicular cerca de los ojos, cuya contracción eleva las mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos.
Vía | Popsci
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