El equipo de Hong Kong que estaba detrás del famoso robot humanoide Sophia ha presentado un nuevo prototipo llamado Grace. Un proyecto dirigido al mercado de la salud y diseñado para interactuar con los ancianos y los aislados por la pandemia de COVID-19.
Vestida con un uniforme azul de enfermera, Grace tiene rasgos asiáticos, cabello castaño largo hasta el cuello y una cámara térmica en su pecho para tomar su temperatura y medir su capacidad de respuesta. Utiliza inteligencia artificial para diagnosticar a un paciente y puede hablar inglés, mandarín y cantonés. Esta es una estupenda noticia, naturalmente, pero también tiene una parte negativa.
Exceso de confianza
La investigación sugiere que los robots antropomórficos pueden fomentar la confianza del usuario y crear un compromiso más natural, pero también puede conducir a una confianza excesiva y a percepciones poco realistas de las capacidades de un robot.
Grace también necesita demostrar que puede estar a la altura de las expectativas. Hanson Robotics ha sido acusado con frecuencia de exagerar las habilidades de Sophia, que el científico jefe de inteligencia artificial de Facebook describió en una ocasión como una "marioneta animatrónica".
Los robots sociales ya se utilizan ampliamente en Japón, y algunos usuarios claramente están muy satisfechos con ellos. En última instancia, pueden volverse esenciales en un mundo que envejece con escasez de trabajadores, pero hay críticos que temen que serán una forma cruel de ayudar a las personas más vulnerables.
Advierten así que los robots son menos satisfactorios emocionalmente que la interacción con los humanos y que sus efectos a largo plazo siguen siendo desconocidos. Algunos argumentan que el concepto mismo de atención automatizada es un oxímoron. También existe la preocupación de que los robots sociales reduzcan el contacto del usuario con familiares, amigos y cuidadores humanos.
Estas ventajas y desventajas, pues, deberán tenerse en cuenta a la hora de implementar inteligencias artificiales más sofisticadas para asisitir a los enfermos humanos.