Debido a que casi todos solemos llevar siempre nuestro smartphone en el bolsillo, estamos enviando datos continuos de geolocalización, de modo que puede saberse dónde estamos, a dónde vamos, cuánto tiempo estamos en un sitio, a qué velocidad nos movemos, etc. Por ejemplo, AirSage procesa diariamente 15.000 millones de registros de geolocalización de los desplazamientos de millones de usuarios de telefonía móvil, a fin de elaborar informes en tiempo real sobre el tráfico de más de cien ciudades de Estados Unidos.
Sin embargo, solo conocemos estos datos relativos a las personas. ¿Y las cosas? ¿Y los objetos que nos rodean? Aquí entra en acción los iBeacons, que convierten los objetos en nereables, "inteligentes" gracias a una pequeña pegatina. Estimote ha lanzado ya los primeros iBeacons comerciales, pequeños emisores Bluetooth de baja energía pensados para que los usuarios reciban información contextual basada en proximidad. También tienen acelerómetros, así que son capaces de reaccionar ante movimientos. Son completamente programables, y están disponibles solamente como kit de desarrollo: 12 pegatinas, 99 dólares. La universalización de los datos de artículos de supermercado que llevó a cabo Wallmart, según explicábamos en Cuando se acerca un huracán, a la gente le da por comprar determinado producto del supermercado (aunque no sabemos la causa).
Vía | Gizmodo
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