A través de mi Instagram, cada vez veo a más gente enrolada en el DIY (Do It Yourself). En estos tiempos financieramente turbulentos, en los periódicos leo que cada vez son más los que optan por bajarse del carro e instalarse en un terreno donde tratar de ser autosuficiente, en la medida de lo posible, como un Thoreau con Internet. Local a la vez que global. Más autosuficiente que nunca gracias a la cultura. Lejos del tráfago bullanguero de la ciudad pero, gracias al Wifi, igualmente cerca, interconectado.
No voy a pronunciarme sobre la conveniencia de tal decisión (ya dije lo mío en ¿Cómo debería ser el futuro? ¿Megaciudades futuristas o casitas en el campo como la de Heidi?), pero sí voy a darle buenas noticias a quienes estén considerando la posibilidad de huir del mundanal ruido y crearse su propio mundo. Ahora resulta más fácil que nunca.
Las facilidades las proporciona Open Source Ecology, una comunidad online que está creando un Kit de Construcción de Aldea Global. Es decir, un puñado de diseños de código abierto para las 50 máquinas imprescindibles a fin de “construir una pequeña civilización con las comodidades modernas”, que van desde un pequeño aserradero a una microcosechadora, un cortador de heno, un extrusor de aluminio, un motor hidráulico o una impresora 3D.
Las claves de su iniciativa son:
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El concepto de código abierto, por el que publican y comparten con todo aquel que quiera, sus planos de construcción, los materiales a utilizar, los esquemas e instrucciones, todo ello de forma gratuita . Su filosofía es la de estar abiertos a la colaboración por lo que se pueden hacer modificaciones y mejoras del diseño que se compartirán en la web, después de ser revisadas por técnicos para su viabilidad.
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Low Cost: La adquisición o montaje de la maquinaria desarrollada es 8 veces más barata que la de la industria convencional.
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Modular: Las partes son intercambiables y fácilmente reparables o sustituibles. De este modo los componentes de una máquina pueden ser utilizadas para crear otra.
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Hazlo tú mismo: Los usuarios tienen total libertad para cambiar, producir y diseñar la maquinaria.
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Reciclaje: Utilización de materiales reciclados para la construcción.
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Alta productividad: Posibilita que pequeños grupos sean altamente eficientes y productivos.
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Flexibilidad: Su maquinaria es fácilmente adaptable a las mejoras y cambios gracias a su modularidad.
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Democratización del poder de producción.
Ignoro si es justo o injusto, si funciona o no funciona realmente, pero qué diablos: más de una vez me tienta la idea de aislarme en una isla con la gente que me gusta. Llegados a ese caso, me interesaré por el Kit de Construcción de Aldea Global. Teniendo Internet y una buena impresora 3D, ¿qué más hace falta? Chris Anderson matiza al respecto en su libro Makers:
Esto continúa el modelo israelí de autosuficiencia del kibutz, que fue creado en un periodo de necesidad y de creencia filosófica en la acción colectiva, o el modelo de Gandhi de independencia industrial de la aldea en la India. Por descontado que no vamos a cultivar todos nuestra propia comida o a renunciar fácilmente a las virtudes de un centro comercial bien surtido. Pero en un futuro en que muchas más cosas podrán ser fabricadas bajo pedido, como lo contrario a manufacturadas, distribuidas, almacenadas y vendidas, se puede ver la oportunidad para una economía industrial menos condicionada por intereses comerciales y más por los sociales, exactamente como ocurre ya con el software.
Además, el mundo es mucho más grande de lo que creemos. Tan grande que hay espacio suficiente como para que vivamos lejos de quienes no nos interesan, pero todos hiperconectados. Una analogía: si la ciudad de Madrid tuviera el tamaño de España, respetando su densidad demográfica actual, cabría la humanidad en España. Y si nos apiñamos, cabríamos todos en una pequeña sección del Cañón del Colorado. Así que imaginaos lo gigantesco que es el espacio que hay ahí fuera para todos nosotros.
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