En un mundo donde la atención médica debe continuar salvando el escollo geográfico y tecnológico, se están explorando alternativas como la intervención a distancia a través de un interface de realidad virtual, por ejemplo.
Pero una de las iniciativas más interesantes que se está desarrollando actualmente es la Lab-on-a-Chip (LOC, laboratorio en un chip), un cachivache del tamaño de un teléfono móvil, o incluso de apenas unos milímetros, que podría permitir a los médicos, enfermeras e incluso a los propios pacientes, tomar una muestra de fluido corporal (orina, esputo, sangre) y obtener decenas o cientos de diagnósticos in situ y en cuestión de minutos.
Construidos principalmente en silicio usando un proceso fotolitográfico, los LOC serían capaces de manipular los fluidos a nivel de picolitros (la millonésima parte de un microlitro) o incluso inferior, con lo que estaríamos entrando ya en el campo de los microfluidos.
Estos chips, al estar online, en la nueva era del Internet de las cosas, poseerán una extraordinaria capacidad de reunir datos, agitarlos en la coctelera del Big Data, y buscar patrones o rasgos característicos. Lo que resultará crucial para evitar la propagación de nuevas enfermedades emergentes y pandemias. LOC, por ejemplo, habría desmontado el argumento de la serie de televisión The Strain en pocos minutos.
Tal y como lo explica John T. McDevitt, profesor de bioingeniería y química de la Rice University, pionero en este campo:
Es una tecnología que cambia las reglas del juego. En el mundo en vía de desarrollo proporcionará asistencia sanitaria fiable a miles de millones que actualmente no cuentan con ella. En el mundo desarrollado, como aquí, en Estados Unidos (donde los costes médicos crecen un 8 por ciento cada año y el 16,5 por ciento de la economía se dedica a la atención sanitaria), si a las tecnologías médicas personalizadas, como laboratorio en un chip, no se les da uso, vamos hacia la bancarrota del país.
El primer sistema de análisis de LOC fue un cromatógrafo de gases, desarrollado en 1979 en la Universidad de Stanford, pero actualmente diversas empresas están desarrollando LOC´s infinitamente más sofisticados para toda clase de cosas. Como el desarrollo de una plataforma LOC totalmente automatizada para aislar, contar y genotipificar las células tumorales en un paciente con cáncer presentado en el Centro Interuniversitario de Microelectrónica (IMEC, Lovaina, Bélgica).
Con todo, aún deben solventarse algunas desvenjadas asociadas a este tipo de tecnología, como determinados efectos físicos y químicos: fuerzas capilares, superficies rugosas, interacciones químicas de los materiales de construcción en el proceso de reacción, que se vuelven más dominantes en escalas tan pequeñas.
Vía | Thing Big
Fotos | Bobjgalindo
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