En un cambio de sentido, al incorporarse a una vía o realizando un adelantamiento, hay varías posibilidades de que se sufra un accidente a causa de la falta de visión a través de un espejo retrovisor (entre otras causas). Aunque miremos a través de él, existen puntos ciegos o ángulos muertos que no nos permiten tener una amplia visión de la situación, por ello, se implantó en varias marcas de coches una tecnología que evita estos ángulos muertos en los espejos retrovisores, de esto ya hace algún tiempo.
Esta tecnología está compuesta por cámaras o sensores que gracias a unas señales, sean acústicas o visuales, nos alertan de la existencia de un determinado objeto en el ángulo muerto. La empresa Volvo fue la pionera en implantar un dispositivo que informara sobre la situación del ángulo muerto, dos cámaras monitorizan todo lo que pasa detrás del coche, en un área de 3 metros de ancho por 9,5 metros de largo.
Aunque también existen sistemas que funcionan con radares, como el de la casa Audi que emplea dos sensores de radar situados en el parachoques trasero.
Todo esto es perfecto para que tengamos más seguridad a la hora de conducir, lo malo es que estos sistemas son adicionales, es decir, hay que pagar por tenerlos y aquí es donde no nos parece adecuado el procedimiento. Debería ser obligatoria la instalación. El gobierno y distintas empresas se centran en el modo de conducción de los conductores, en la forma de proceder, etc., pues bien, que se centren también en las empresas automovilísticas y que les obliguen a dotar a todos los vehículos de estos sistemas que garantizan mayor seguridad en la conducción.
Mucho se habla de las muertes en los accidentes de tráfico, pero evitarlas no es sólo una tarea de los conductores, también las empresas deben colaborar y no cobrar por sistemas que pueden salvarte la vida.
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