¿Os acordáis de las futuristas instalaciones de las que dispone el multimillonario, filántropo y superhéroe Tony Stark (AKA Iron Man), Industrias Stark? ¿Os acordáis de la capacidad que tal industria tenía para concebir cualquier invento salido de la mente de sus ingenieros?
Pues existe un equivalente en el mundo real: Tesla, como el apellido del extravagante y genial inventor del que otro día os descubría diez cosas asombrosas
En realidad, Tesla sólo se dedica a la industria del automóvil, pero sus máquinas podrían hacer casi cualquier cosa. Las instalaciones pertenecientes a Tesla han sido ubicadas en la antigua factoría NUMII de General Motors-Toyota en Fremont, California. En realidad, la fábrica es un ejército de robots, tal y como lo describe Chris Anderson en su libro Makers:
Centenares de brazos robotizados KUKA universales hacen de todo, desde doblar metales hasta ensamblar. Vehículos robot de techo plano transportan chasis de automóviles y repostan por sí solos en cargadores de inducción. Brazos robotizados de pintado Fanuc pueden abrir las puertas de los coches para pintarlas y volver a cerrarlas cuando han acabado. Tesla fabricará veinte mil automóviles al año en esta fábrica, lo cual puede parecer mucho, pero continúa siendo una jugadora nicho en el total de la industria del automóvil.
Tesla es la fábrica más grande de Silicon Valley. El fundador de Tesla se llama Elon Musk, que también guarda muchos paralelismos como Tony Stark. Además, los coches que se fabrican aquí no son los habituales.
Por ejemplo, el Modelo S es totalmente eléctrico: en vez de un motor, o una caja de cambios, estos coches llevan unos conjuntos de baterías de iones de litio, motores eléctricos y un software muy sofisticado. Lo que también hace especial a esta fábrica es su asombrosa versatilidad:
La fabrica entera es programable y cada coche será diferente. La misma planta puede hacer al mismo tiempo varios modelos de coche totalmente distintos con componentes muy diferentes, incluso alternándolos. Henry Ford apostó por la estandarización y “cualquier color siempre que sea el negro”, pero Tesla favorece la personalización, desde el color de un embellecedor al número de baterías de litio. Puede incluso hacer pruebas de carretera en el interior sobre una pista ondulada con distintas superficies bacheadas para detectar accesorios sueltos o chirriantes.
La ventaja de esta personalización es que Tesla no necesita mantener grandes stocks de componentes o largas cadenas de suministros aparejados a la inflexibilidad de la fabricación en cadena tradicional. Se fabrica lo que se necesita cuando se necesita.
La mayoría de los robots de Tesla son máquinas KUKA estándares con brazos compuestos ligeros, seis ejes de movimiento y capacidad para levantar 1.000 kg. Pueden ser reprogramados para diversas tareas en pocos minutos. De aquí, a Iron Man, pocos pasos más.
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