A pesar de los continuos mensajes agoreros, la tecnología a menudo ha proporcionado mejoras globales en la vida de la humanidad, desde la invención del fuego hasta la asistencia de ordenadores cada vez más potentes.
A pesar de esta visión pesimista, e incluso los mensajes apocalípticos de los neoluditas (aderezados por el síndrome de Frankenstein), muchos son los autores que plantean un futuro tecnológico mucho más halagüeño. Un mensaje pertinente sobre todo en España, donde un 23% de los españoles se declara tecnófobo, según el estudio de Capgemini, elaborado en 16 países para medir los hábitos de compra por Internet.
Tal vez algunos puntos enumerados a continuación sean demasiado utópico, pero también es cierto que ello nos proporciona un horizonte más amplio que recorrer. Uno de los libros más poderosos en ese sentido es Abundancia, de Peter H. Diamandis, que aborda algunos de los avances que nos esperan en poco tiempo de esta guisa:
conforme nuestros ordenadores cada vez más rápidos nos ayuden a diseñar mejores tecnologías, los humanos empezaremos a utilizarlas en nuestros propios cuerpos: como neuroprótesis para aumentar nuestra capacidad cognoscitiva; nanobots para reparar los estragos de las enfermedades; corazones biónicos para posponer la decrepitud. En el libro de Steven Levy, In the Plex: How Google Thinks, Works, and Shapes Our Lives, el cofundador de Google, Larry Page, describe el futuro de la investigación en términos similares: «Esto [Google] se incorporará al cerebro de la gente. Cuando pienses en algo de lo que no sabes mucho, obtendrás la información automáticamente.» Kurzweil se congratula de esta posibilidad. Otros no se sienten cómodos con una situación de este tipo, y piensan que sería el momento en que dejaríamos de ser «nosotros» y empezaríamos a convertirnos en «ellos», aunque esto puede que no venga al caso.
Robótica
Sobre los avances de ordenadores y robótica, los especialistas Eric Schmidt y Jared Cohen, escriben lo siguiente en su libro Futuro digital:
Otros avances en áreas como la robótica, la inteligencia artificial y el reconocimiento de voz introducirán la eficiencia en nuestras vidas, proporcionando más medios de conexión con la tecnología en nuestras rutinas diarias. Los robots de aspecto humano totalmente automáticos con magníficas habilidades de inteligencia artificial probablemente quedarán fuera del alcance de la mayoría de la gente durante algún tiempo debido al precio, pero el consumidor medio americano encontrará asequible pronto disponer de un número diferente de robots multipropósito. La tecnología Roomba de iRobot, el progenitor de este campo de robots “domésticos” de consumo (introducido en 2002), con el tiempo será más sofisticado y cumplirá otros propósitos adicionales.
Confiando en estos sistemas integrados cada vez más sofisticados, tanto la parte personal como profesional de nuestras vidas será más fácil, y también podremos usar nuestro tiempo libre de manera más eficaz:
A medida que vayan implantándose las garantías de seguridad para proteger la privacidad y evitar la pérdida de datos, estos sistemas nos liberarán de muchas pequeñas cargas; incluyendo recados, listas de cosas para hacer y diversas tareas de “supervisión”; que a día de hoy añaden estrés y nos ocupan la mente a lo largo del día. Nuestros propios límites neurológicos, que nos llevan a olvidos y descuidos, serán suplementados por sistemas de información diseñados para facilitar nuestras necesidades. Dos de estos ejemplos son las “prótesis” de memoria; los calendarios y las listas de cosas para hacer; y “prótesis” sociales, que nos conectan instantáneamente con ese amigo que tiene los conocimientos relevantes para esa tarea que hay que afrontar.
Impresión 3D
Chris Anderson, en su libro Makers, es fuertemente optimista con esta tecnología. También Peter H. Diamandis en Abundancia:
Mientras que las primeras máquinas eran simples y lentas, las versiones actuales son rápidas y ágiles y capaces de imprimir con un amplio abanico de materiales: plástico, vidrio, acero e incluso titanio. Los diseñadores industriales utilizan las impresoras 3D para hacer cualquier cosa, desde pantallas para lámparas y gafas hasta prótesis artificiales a medida. Incluso se utilizan en hobbies, produciendo robots que funcionan y aviones que vuelan autónomamente. Las empresas de biotecnología están experimentando con la impresión de órganos en 3D, mientras, el inventor Behrokh Khoshnevis, un profesor de ingeniería de la Universidad del Sur de California, ha desa rrollado una impresora 3D a gran escala que suelta cemento para la construcción de casas baratas con varias habitaciones en los países en vías de desarrollo. La tecnología también está lista para abandonar nuestro mundo. Una empresa que es un spin-off de la Singularity University, «Hecho en el Espacio», ha construido una impresora 3D que funciona en ausencia de gravedad, de modo que los astronautas de la Estación Espacial Internacional puedan imprimir piezas cuando lo necesiten.
Democracia líquida
La democracia del futuro podría ser en tiempo real y, además, delegarse nuestro voto a las personas que consideremos más competentes en los asuntos sobre los que debemos decidir. En este escenarios ni siquiera serían importantes los políticos profesionales o los partidos. Podéis leer más sobre ello en ¿Ya no confías en ningún partido político? Bienvenido a la democracia líquida.
Internet de las Cosas
Un nuevo salto cuántico podría producirse en breve gracias al Internet de las Cosas. El concepto de Internet de las Cosas fue propuesto por Kevin Ashton en el Auto-ID Center del MIT en 1999. En pocas palabras, significa que muchos de los objetos que nos rodean adquirirán algunas características de un smartphone. Según ABI Research, más de 30.000 millones de dispositivos se conectarán de forma inalámbrica a la Internet de las Cosas para el año 2020. ¿Y qué haremos como semejante cantidad de datos? Así lo explica Jeremy Rifkin en su libro La sociedad del coste marginal cero:
serán procesados mediante análisis avanzados y transformados por algoritmos predictivos que se programarán en sistemas automatizados para mejor la eficiencia termodinámica, aumentar drásticamente la productividad y reducir casi a cero el coste marginal de producir y distribuir toda una gama de bienes y servicios por toda la economía.
Y ¿vosotros? ¿Qué tecnologías creéis que nos cambiarán más la vida? Si os gusta jugar con la imaginación, podéis incluso participar en un premio a la idea más llamativa (siempre que quepa en un tuit de 140 caracteres con el hashtag #cocinaconBosch) y haceros así con un robot de cocina).
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