Determinado capítulo de la serie Modern Family consume un total de electricidad que no es el mismo de, por ejemplo, determinado capítulo de Juego de tronos. E incluso entre diversos capítulos de una misma serie, como The IT Crowd o Sherlock, podemos encontrar consumos dispares.
Son algunos datos que vamos a empezar a recibir en breve gracias a los contadores inteligentes, uno de los elementos más importantes de la Internet de las Cosas, que, gracias a sus capacidades de comunicación bidireccional, nos permitirá registrar un seguimiento de los detalles del uso de electricidad doméstica hasta límites insospechados. Hasta límites que incluso podrían determinar qué capítulo de Juego de tronos estamos dispuestos a ver de nuevo.
La firma eléctrica
Los contadores inteligentes son cada vez más ubicuos en las casas de todo el mundo. En Estados Unidos, en 2013, ya había instalados 46 millones. En 2020, Reino Unido estima que estará instalado en toda Gran Bretaña.
La información de los contadores intelgientes puede revelar detalles como la marca y la antigüedad de tus electrodomésticos, cuándo los utilizas y en qué estancias de tu hogar. Tal y como lo explica Marc Goodman en su libro Los delitos del futuro:
La extrapolación de estos datos permite averiguar cuánto tiempo pasas cocinando y cuándo enciendes la televisión en el dormitorio. Sin embargo, el elevado nivel de detalle que los contadores inteligentes pueden proporcionar con respeto a tus actividades va mucho más allá de saber simplemente que utilizaste un microondas a las 19:26 el jueves.
Según un análisis realizado recientemente, los contadores inteligentes ofrecerán un detalle tan profundo del consumo eléctrico que incluso podrá informar de qué programas de televisión estamos viendo exactamente (¿por fin el sistema de medición de audiencias perfecto?).
Eso se debe a que cada escena de un programa en pantalla requiere una cantidad de electricidad específica. Así pues, cada programa, incluso cada capítulo individual de una serie, tiene sus propios parámetros de consumo eléctrico, algo así como una firma eléctrica o una huella dactilar eléctrica. Es decir, que finalmente conocer estos datos no servirá tanto para escoger qué programa ver, sino para que terceros sepan qué vemos.
De hecho, en mayo de 2014, WPP, la mayor agencia de publicidad del mundo, anunció que formaba equipo con la empresa de análisis de datos londinense Onzo con vistas a estudiar modos de recopilar los datos de los contadores inteligentes para, finalmente, "abrir la puerta de casa" a los anunciantes.
Y este sólo será uno de los millones de efectos secundarios que estamos a punto de experimentar en cuanto la Internet de las Cosas empiece a implantarse en nuestra vida cotidiana.
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