Uno de los aspectos que más esta revolucionando el consumo de televisión, y que el share y los expertos en marketing deberían tener el cuenta, es la second screen o “segunda pantalla” de la televisión. Es decir, que el telespectador, mientras mira la televisión, también usa otra pantalla, como la del smartphone, la tablet o el ordenador portátil. En ocasiones, incluso, se usan tres y cuatro pantallas simultáneamente
Es otras palabras, que es tan importante el canal que el telespectador mira como los canales que consume a través de sus otras pantallas, donde probablemente también está interactuando: la televisión es un consumo unidireccional pasivo, el resto de las pantallas, no. Para los que venden publicidad todo sería más fácil si las pantallas se conectaran entre sí. Imaginad qué pasaría si se obtuvieran datos como los que ya se obtienen, por ejemplo, al determinar qué lugares del mundo se geolocalizan más a través de Instagram y que cómo esto mejora las estrategias turísticas.
Un estudio de Forrester Research ya mostró en 2011 que el 48 % de los estadounidenses consumen televisión mientras usan una segunda pantalla. Otro estudio de Nielsen/Yahoo también de 2011 constataba que el 86 % usaba el móvil durante el programa. Hay indicios de que la primera pantalla ya no es la tv para mucha gente joven, sobre todo niños.
La serie Glee ya puede verse, desde la tercera temporada, en una plataforma dedicada a la “segunda pantalla”, que se concentra en las actuaciones musicales. Y 12 monos es la primera serie que echa mano del Internet de las Cosas para tornar más interactivo e inmersivo que nunca el espectáculo, como explico más ampliamente aquí. Tal y como escribe Frédéric Martel en su libro Smart:
La etapa siguiente (todo el mundo es muy consciente de ello) es la personalización de los programas televisivos, la generalización de las recomendaciones y su paso a las redes sociales de forma interactiva (lo que se denomina las “social TV guides” y las “interactive programming guides”). En Estados Unidos, estas evoluciones ya se están produciendo. La primera etapa fue el anuncio de los programas televisivos en la pantalla principal, on screen. Poco a poco, la página de inicio del televisor se convirtió en una pantalla de recomendación, que a partir de entonces apareció como un espacio publicitario monetizado por el que se pagaba mucho. Pero como el anuncio on screen alcanzó sus límites en términos de simplicidad de navegación y de cantidad de contenidos disponibles, apareció una nueva tendencia, que consiste en utilizar servicios propios para efectuar sugerencias de contenidos gracias a la potencia de las redes sociales.
Social TV
Bienvenidos a la Social TV. Shazam, el reconocedor de canciones que ya usamos todos, está evolucionando hacia el sector de la televisión a fin de identificar el programa que estamos viendo, evaluar cuándo empezamos a verlo, cuando dejamos de verlo, dónde estamos viéndolo. Una información que servirá para afinar el share, los gustos, las preferencias, pero también para mejorar las recomendaciones a través de redes sociales.
Los productores conocerán mejor que nunca a su audiencia, y por fin podrán proporcionar contenidos que les interesen de verdad. Tal y como admite Matthew Anderson, vicepresidente de la cadena musical MTV:
Con las redes sociales y la social TV, conocemos mucho mejor nuestra audiencia. Trabajamos minuciosamente sobre esos datos cuantitativos y cualitativos. La dimensión de la investigación, a partir de estas estadísticas, se ha vuelto algo fundamental en nuestro oficio. (…) Nuestros fans forman realmente parte del show, discuten el atuendo de tal o cual estrella, le hacen recomendaciones. Y nosotros retomamos sus hashtags en Twitter y sus ideas. De hecho, poco a poco ¡son nuestros fan los que nos evangelizan!
Imágenes | Pixabay
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