Es el primer ejemplo de sueño en animales sin cerebro, según afirma Paul Sternberg, investigador del Instituto Médico Howard Hughes del Instituto de Tecnología de California, para avalar su estudio recientemente publicado en Current Biology.
La especie descubierta es la medusa Cassiopea, nativa de lodos, manglares y otras aguas cálidas y poco profundas.
Las raíces del sueño
Este hallazgo no es una mera curiosidad, sino que nos pone en la pista sobre los orígenes del sueño, dado que aquí se demuestra que éste no es consecuencia necesaria de tener un sistema nervioso, sino que parece empujar el origen del sueño hacia abajo del árbol evolutivo de la vida.
Hasta ahora sabemos que todos los animales duermen, incluso los invertebrados, como la mosca de la fruta o el epítome de la simpleza genética el gusano Caenorhabditis elegans. Ya podemos incluir en la lista animales primitivos, como esponjas y medusas.
Los resultados sugieren que, de hecho, 'Cassiopea' duerme, pero para Sternberg, el trabajo también está provocando más preguntas: '¿Necesitas neuronas para dormir? ¿Necesitas más de una célula para dormir? El siguiente paso, pues, sería estudiar los protozoos, organismos microscópicos, unicelulares eucariotas;
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