Que si Facebok, que si Twitter, que si la bandeja de correo, que si nos envían un whatsapp en el grupo del trabajo para pasarnos una foto de gatitos, que si la tele de fondo, que si la música, que pican en la puerta… mientras estamos en la oficina trabajando, estamos en casa haciendo los deberes o, como en mi caso, ahora mismo estoy tecleando este texto en el rincón de una cafetería, son decenas las potenciales interrupciones que acechan a nuestro alrededor. Y si nada ni nadie nos interrumpe, somos nosotros, en aras de la procrastinación, los que comprobamos compulsivamente hasta el widget del tiempo meteorológico.
En estos tiempos de multitasking, ¿es buena tanta interrupción? ¿Hay gente que es capaz de estar a muchas cosas a la vez?
La respuesta corta es que no. Aunque creamos que somos más eficientes, o que nuestra condición de mujer nos ayuda a hacer varias cosas a la vez, la multitarea no es buena ni para concentrarse, ni para ser rápido, ni para evitar los errores.
Concretamente, una persona a la que se interrumpe mientras lleva a cabo una tarea tarda un 50 % más de tiempo para terminarla y comete un 50 % más de errores, según explica John Medina en Brain Rules: 12 Principles for Surviving and Thriving at Work, Home, and School. De hecho, la multitarea está especialmente desaconsejada mientras conducimos. O tal y como explica David Brooks en El animal social:
El cerebro no realiza bien tareas múltiples. Necesita entrar en un flujo coherente, con una red de activaciones que conduzcan coherentemente a la siguiente.
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