El sentido común nos puede dictar que separar a los alumnos menos aptos de los más aptos en un aula redundará en una mejor educación de los más aptos, porque así no se verán lastrados por los menos aptos. A fin de cuentas, si hemos de escoger un escenario, el mejor parece ser que, al menos, existan algunos muy aptos en los que se invierten más recursos y una atención personalizada.
Sin embargo, tener una variedad de estudiantes de diferentes habilidades en un entorno de aprendizaje colaborativo parece ser más fructífero para todos. Sobre todo para que el porcentaje de alumnos con mayor rendimiento académico sea todavía mayor.
Aprendizaje colaborativo
La práctica de 'transmisión' o 'seguimiento' implica separar a los estudiantes en clases dependiendo de su rendimiento. A nivel macro, requiere el establecimiento de escuelas académicamente selectivas para los estudiantes más inteligentes y escuelas integrales para el resto. La práctica es intuitivamente atractiva para casi todos los interesados.
La evidencia, sin embargo, sugiere que los estudiantes menos aptos se ven más rezagados, y estos suelen tener, además, una representación mucho mayor de antecedentes socioeconómicos bajos. Por si fuera poco, el beneficio para aquellos estudiantes inteligentes afortunados es pequeño si se les excluye de los más mediocres.
El resultado global es la desigualdad relativa. Los inteligentes se mantienen inteligentes y los tontos se vuelven más tontos, lo que refuerza aún más las desventajas sociales.
En un reciente metaanálisis de los factores que influyen en el rendimiento de los estudiantes, uno de los factores más significativos, mucho más que reducir el tamaño de la clase (efecto: 0.21) o incluso proporcionar comentarios sobre el trabajo de los estudiantes (0.7), es la estimación de los profesores de los logros obtenidos por los estudiantes (1.57).
Pero dividir a los estudiantes por sus logros diagnosticados automáticamente restringe las expectativas de los profesores. Mientras tanto, en un entorno mixto, las expectativas de los profesores deben ser más diversas y flexibles.
Hoy, más que nunca, necesitamos que florezcan muchas personas competentes, no sufrir a costa de unas pocas estrellas brillantes. Es más difícil lograrlo, pero también reporta más beneficios para todos, a medio o largo plazo.
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