La respuesta rápida es no. Pero aquí no hemos venido a por respuestas facilonas y simplistas. Existe una razón para (casi todo), especialmente cuando hay implicaciones científicas de por medio.
¿En qué consiste la dieta cetogénica, qué es la cetosis y qué tiene que ver la cetoacidosis en todo esto? Hoy hablamos de los peligros de este estado metabólico y por qué no tiene que suponer un problema en casos normales.
Cetosis y cetoacidosis, ¿de qué hablamos?
Estos dos conceptos son dos estados fisiológicos relacionados con el metabolismo de las grasas. Ambos se asocian a la conocida como dieta cetogénica (o keto). Esta dieta, como su nombre indica, promueve la generación de cuerpos cetónicos.
Los cuerpos cetónicos son especies químicas que aparecen como resultado del metabolismo rápido de los lípidos. Cuando el cuerpo no tiene hidratos de carbono disponibles para consumir de manera rápida, las grasas pasan por una ruta metabólica distinta a la que están acostumbrados. Esta tiene la finalidad de suplir esas necesidades energéticas rápidas, pero a costa de un metabolismo menos eficiente.
En otras palabras, la dieta cetogénica no obtiene toda la energía que se puede sacar de las grasas, por lo que necesita una mayor cantidad de ella para conseguir la misma cantidad de energía. Como resultado, aparecen los cuerpos cetónicos. Esta dieta rechaza al máximo los hidratos de carbono, utilizando como fuente de energía las grasas y aumentando la cantidad de proteína para alcanzar este estado conocido como cetosis.
Si la cetosis es el estado fisiológico en el que no hay casi hidratos de carbono para obtener energía rápida, la cetoacidosis es un estado adverso de cuerpo en el que el exceso de estos cuerpos cetónicos pueden acidificar la sangre. Esto es un auténtico peligro en determinados casos, pero no en todos.
¿Qué pasa cuando se alcanza la cetoacidosis?
La cetoacidosis se produce porque los cuerpos cetónicos son especies ácidas. La sangre tiene cierta variación de pH admisible, muy ligera. Ante una acidificación excesiva, la hemoglobina es incapaz de captar el oxígeno y la sangre pierde su capacidad transportadora. Además, provoca otra serie de problemas y lesiones a nivel celular cuyas consecuencias pueden ser muy negativas.
La cetoacidosis no suele tener consecuencias inmediatas, sino que se observa en varias consecuencias: olor cetónico en el aliento, la orina y los genitales, por ejemplo, cansancio, malestar, nauseas... Los peores casos de cetoacidosis ocurren asociados a problemas metabólicos, como la diabetes.
Al no disponer de una buena administración del azúcar, por los fallos de la insulina, el cuerpo recurre a la quema rápida de grasas. Esto genera una cantidad excesiva de cuerpos cetónicos. En los casos más graves puede acabar en coma y la muerte de la persona. Pero volvamos al caso que nos atañe.
¿Puede ocurrir una cetoacidosis en una cieta cetogénica para perder peso? La posibilidad existe, pero es muy difícil que ocurra siempre que no padezcamos un problema metabólico, como la diabetes de la que hablábamos. En estos casos, sencillamente, no deberíamos seguir este tipo de dietas, y mucho menos sin supervisión. Pero si no padecemos ningún tipo de problema, la cetoacidosis no debería asustarnos.
¿Pero la dieta cetogénica sirve para adelgazar?
Curiosamente, sí. La dieta cetogénica es de las pocas "dietas", con este adjetivo, conocida por sus evidencias científicas para perder peso. Por descontado, no es una dieta milagrosa ni sirve para perder peso rápidamente (si lo hace, malo es). Sin embargo, las evidencias apuntan a que ayuda a la pérdida de peso y a mantener dicha pérdida.
También hay evidencias de que este tipo de dietas ayuda a suprimir el apetito, entre otras bondades. En definitiva. Pero insistimos, no es una dieta milagrosa para perder peso rápido. Es un patrón dietético que aprovecha nuestro metabolismo para potenciar algunos beneficios fisiológicos. Al final, realmente, solo se consiguen resultados mediante disciplina y cambios de hábitos, sin importar qué dieta adoptemos.
Al menos, esta, se encuentra entre las que son avaladas por los estudios en cuanto al control de peso, claro. Y, por suerte, los peligros de la cetosis, la cetoacidosis, no parecen amenazar la seguridad de sus practicantes, al menos si no hay ningún problema metabólico asociado a su salud.
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