¿Siete horas? ¿Las ocho horas que recomienda la Academia Americana de la Medicina del Sueño? A propósito de las horas de sueño que necesitamos realmente no parece existir una cifra exacta.
El sueño está regulado por procesos circadianos y homeoestáticos que interactúan para determinar el momento y la duración del sueño. Tanto los procesos circadianos como los homeostáticos están influenciados por factores internos, como los genes, los factores externos, como la historial del sueño o el ejercicio que se practica.
Genes
Los genes son importantes para determinar la preferencia diurna a la hora de dormir (si somos "búhos nocturnos) o los "alondras", que prefieren levantarse temprano en la mañana. Los individuos suelen dividirse en búhos y alondras en función de su cronotipo. Las alondras son los que tienden a madrugar naturalmente. Los búhos los que se levantan más tarde. Los investigadores del sueño acostumbran a acordar que resulta difícil convertir a una alondra en búho, y viceversa.
Con el trascurrir de los años, puede ir variando. Por ejemplo, a medida que envejecemos tendemos a ser más alondras que búhos. Y los adolescentes tienden a ser más búhos que alondras.
Los genes también pueden contribuir a que seamos durmientes "de corta duración" o "de larga duración".
Factores externos
Salud, ejercicio, trabajo pesado, e incluso el estrés mental, son factores que pueden afectar a la duración del sueño. Por ejemplo, después del ejercicio, o incluso después de períodos de estrés mental (tales como exámenes), la cantidad de sueño que se necesita para recuperarnos puede aumentar. Del mismo modo, las personas que sufren de enfermedades o que tienen problemas de salud pueden necesitar más horas de sueño.
¿8 horas?
Las variaciones individuales en el sueño hacen difícil señalar una recomendación específica en cuanto a cuánto lo que un adulto necesita dormir. Sin embargo, la mayoría de los investigadores del sueño suelen coincidir en que de siete a nueve horas de sueño es lo idóneo para obtener óptimos resultados en tiempo de reacción en la toma de decisiones, concentración, memoria y el estado de ánimo.
Pero ¿basta con que nos sintamos bien? Si por ejemplo tenemos suficiente con seis horas de sueño, ¿significa que estamos durmiendo lo suficiente? Depende. Por ejemplo, mucha gente duerme seis horas al día entre semana, pero el fin de semana necesita dormir más horas. De ello se desprendería que entre semana no se duerme lo suficiente. Si necesitamos un despertador para despertarnos, generalmente es que tampoco hemos dormido lo suficiente.
La cantidad de sueño necesaria varía significativamente y puede depender de varios factores diferentes, por lo que es difícil saber la necesidad de sueño óptimo. A continuación se muestra una guía que puede ayudar a determinar el sueño que necesitamos:
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Llevar un diario del sueño. Incluir las veces que fuimos a la cama y cuándo despertamos desperté, ¿cómo dormimos y cómo nos sentimos durante el día?
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Ir a la cama cuando se tenga sueño o se esté cansado.
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Si se puede, no usar un reloj despertador: deja que el cuerpo despierte naturalmente.
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Tratar de estar expuesto a la luz solar natural durante el día.
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Mantener un horario regular de sueño todos los días de la semana.
Tras seguir estas reglas durante una temporada, deberíamos ser capaces de resolver el mejor momento para dormir, así como la duración de ese sueño. Si todavía no estamos seguro, podemos colsultar a nuestro médico de cabecera.
Vía | The Conversation
Foto | rachel CALAMUSA
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