Según las estadísticas, casi el 50% de todos nosotros comemos con la televisión encendida, e incluso lo hacemos muchos en solitario. Esta tendencia todavía crece más con el uso del smartphone. Sencillamente, comemos distraídos. Y comer distraídos no es buena idea si queremos mantener la línea.
De hecho, comer viendo la televisión supone que, de promedio, las personas ingieren un 15% más de comida que si tienene la televisión apagada.
Depende del programa
Tener la televisión encendida es malo a nivel nutricional, pero también depende del programa que estemos viendo, tal y como explica Charles Spence en su libro Gastrofísica:
Por ejemplo, en Australia, Dick Stevenson y sus colegas descubrieron que las mujeres que veían por segunda vez un episodio de Friends ingerían una cantidad de comida significativamente mayor que las que veían episodios diferentes de la misma serie.
En resumen, cuantas más señales sensoriales asociadas a la comida percibamos de forma consciente, menos comeremos.
Imagen | dailyinvention
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