Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Chicago, y que ha sido publicado en la revista Sleep, sugiere que el déficit de sueño impulsa a las personas a comer más y peor, es decir, alimentos poco saludables, sobre todo alimentos ricos en azúcar, grasas o sal.
Después de medir los niveles en sangre de grelina, una hormona que dispara el apetito, y de leptina, que se encarga de la sensación de saciedad, en un grupo de voluntarios durante varios días, en los que durmieron menos horas se produjo un aumento del 33% en estos niveles.
Tal y como explica Erin Hanlon, líder del estudio:
La restricción del sueño parece aumentar el sistema endocannabinoide, el mismo sistema dirigido por el ingrediente activo de la marihuana, para aumentar el deseo de la ingesta de alimentos (...) podría ser un mecanismo por el cual la restricción del sueño recurrente acaba en una excesiva ingesta de alimentos, sobre todo en forma de aperitivos, a pesar de aumentos mínimos en la necesidad de energía.
La investigación ha demostrado una y otra vez que la pérdida de sueño aumenta el riesgo de obesidad. Además de que la falta de sueño altera las hormonas que regulan el apetito y la saciedad, los que duermen menos tienen más tiempo para comer, y puede ser demasiado agotador hacer ejercicio cuando has dormido poco.
Vía | The Guardian
Imagen | Joe_13
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